El Papa Francisco y las dictaduras socialistas del siglo XXI: una danza demoníaca entre la fe y la política.
El Sumo Pontífice, investido con el triple papel de Pastor de la Iglesia Católica, Sumo Pontífice y Jefe del Estado Vaticano, ejerce un poder único. Su liderazgo espiritual sobre millones de católicos le confiere el papel de Pastor, mientras que su supremacía sobre los ordenados y fieles lo posiciona como el Pontífice. Además, ostenta el título de Monarca Absoluto del Vaticano. Más allá de su función religiosa, el Papa se involucra en la política global, y su relación con las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua lo ha etiquetado como "Francisco, el Papa de las dictaduras del socialismo del siglo XXI.
El Papa desempeña el rol de PASTOR, actuando como el guía espiritual y máxima autoridad para los fieles católicos, basando su autoridad en las creencias fundamentales de la religión católica, considerando la fe como la primera de las tres virtudes teologales. Como PONTÍFICE, ocupa la posición de Obispo de Roma, siendo el líder supremo de la Iglesia Católica Romana y el gobernante absoluto de la estructura eclesiástica que abarca a todos los ordenados y la comunidad de fieles, ejerciendo su papel como Jefe del gobierno eclesiástico global de esta organización.
En su papel como JEFE DE ESTADO, el Papa ocupa la posición de máxima autoridad en la Ciudad del Vaticano, el estado independiente más pequeño del mundo, establecido mediante el Tratado de Letrán de 1929 entre la Santa Sede e Italia. La estructura política de este territorio se caracteriza como una "Monarquía Absoluta", donde el Papa, como Jefe de Estado y de Gobierno, ejerce plenos poderes legislativos, ejecutivos y judiciales.
Los principios fundamentales de la fe católica, la Iglesia Católica y el Estado Vaticano subrayan el respeto por la vida, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Desde el pontificado del Papa Juan XXIII (1958-1963), la Iglesia Católica ha respaldado y difundido los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En línea con esta perspectiva, el Papa Francisco expresó en su "intención de oración de abril de 2021" que la defensa de los derechos humanos fundamentales requiere coraje y determinación.
Francisco, el primer Papa latinoamericano, ha sido notorio por desempeñar un papel crucial en la renovación de los lazos diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba. En septiembre de 2015, durante una "visita pastoral", recibió reconocimientos tanto de Barack Obama como de Raúl Castro por su contribución al restablecimiento de relaciones entre ambas naciones. Su presencia en Cuba del 20 al 22 de septiembre de 2015, bajo el título de "visita pastoral", incluyó incluso un encuentro privado con Fidel Castro, consolidando su papel como mediador en asuntos diplomáticos de relevancia global.
En el aniversario de las extensas protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, que aún enfrentan represión mediante tácticas de terrorismo de Estado por parte de la dictadura, el Papa Francisco, en una entrevista con Noticias Univisión 24/7, eludió abordar directamente las violaciones institucionalizadas de los derechos humanos. En cambio, expresó: "Quiero mucho al pueblo cubano... y también lo confieso, tengo una relación humana con Raúl Castro"... afirmando que "Cuba es un símbolo".
En las recientes semanas, la atención se ha centrado en el Papa Francisco debido a su notorio silencio en relación con los actos criminales perpetrados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. Este silencio abarca la expulsión de las Misioneras de la Caridad, la persecución, acoso y arresto de religiosas y sacerdotes católicos, así como la confiscación de medios de comunicación, intervenciones y vandalismo de iglesias y símbolos católicos, incluyendo imágenes consagradas. Estos eventos se suman a la existencia de aproximadamente 200 presos políticos, procesos judiciales falsificados, torturas y a la considerable cantidad de personas que han sido obligadas al exilio.
A pesar de ser objeto de críticas a nivel mundial por su notoria falta de pronunciamiento, el Papa ha expresado hoy su "preocupación y dolor por la situación en Nicaragua". En su declaración, abogó por un "diálogo abierto y sincero" con el objetivo de establecer las bases para una convivencia respetuosa y pacífica. Sin embargo, este mensaje ha sido interpretado como un respaldo y encubrimiento hacia la dictadura, ya que no condena directamente sus crímenes flagrantes y parece colocar la situación en el ámbito político, sugiriendo la posibilidad de negociar con las víctimas. Es lamentable que en esta intervención no se hiciera referencia a la detención arbitraria del Obispo de Matagalpa, ocurrida dos días antes.
La persistencia del Papa Francisco en mantener un silencio y emitir declaraciones que abordan las violaciones de derechos humanos en las dictaduras del socialismo del siglo XXI como simples crisis, en lugar de crímenes de lesa humanidad o terrorismo de Estado, es evidente. No ha clasificado a Cuba, Venezuela, Bolivia ni Nicaragua como dictaduras, a pesar de la privación de medios de comunicación y centros educativos en iglesias de estos países, y la continua violación de los derechos humanos de religiosos. En lugar de condenar estas situaciones, el Papa, en su triple rol de líder espiritual, Sumo Pontífice y Jefe de Estado del Vaticano, opta por el silencio o presenta panoramas favorables a regímenes cuestionables.
El miércoles 20 de diciembre, la policía del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo interceptó al obispo Isidro del Carmen Mora Ortega mientras se dirigía a confirmar a 230 feligreses en la parroquia Santa Cruz, ubicada en La Cruz de Río Grande, un remoto municipio del Caribe Sur de Nicaragua. El religioso fue detenido de inmediato, y actualmente se desconoce su paradero. Este incidente se suma a una serie de persecuciones que han aumentado durante el presente año. Desde 2018, año de las masivas protestas contra el Gobierno, la Iglesia católica de Nicaragua ha registrado 740 ataques por parte del aparato sandinista, según el recuento de la abogada Martha Patricia Molina.
¿Se configura como un pecado de omisión en el ámbito de la fe y del liderazgo pastoral? ¿Representa un abandono de la responsabilidad hacia los fieles en la función de protección de la Iglesia como Pontífice? Las acciones políticas orientadas a respaldar dictaduras en su papel como Jefe del Estado Vaticano constituyen la realidad objetiva de Francisco, el Papa en relación a las dictaduras del socialismo del siglo XXI.
En fin.. “Más callao' que misa en panteón".



Excelente artículo, es claro que evidencia una realidad latente del personaje y su inclinación al socialismo salvaje, mirando para otro lado, para no condenar las crueldades de éstos forajidos que se han hecho llamar (S del S XXI) Inmisericordes todos ellos por su ambición de poder y riquezas.
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