El islam es incompatible con Occidente y acabará con nosotros.
A quienes no aceptan nuestras normas se les debe colocar fuera de la frontera
Estamos a merced de políticos ignorantes, carentes de conocimiento histórico y cultural, obsesionados únicamente con aferrarse a sus privilegios. Pasan sus días jugando al ping-pong con las opiniones opuestas, sin construir nada más que un caos desolador. Nos enfrentamos a una Europa fracturada y desmoronada, resultado de un liderazgo ausente y la ilusión absurda de integrar a los inmigrantes musulmanes. La falta de verdaderos líderes y estadistas nos ha llevado al borde del abismo, donde la ruina parece inevitable.
Falta de respeto
Podía parecer una simple anécdota, pero este episodio es solo la punta del iceberg de un cambio profundo que está sacudiendo Europa en relación con la inmigración. Estamos siendo testigos de un flujo migratorio que desafía las fronteras del continente, exponiendo las dificultades inherentes a la integración de los inmigrantes musulmanes.
Su falta de respeto por valores fundamentales de la cultura occidental, como la tolerancia y la igualdad de género, está desatando una crisis de identidad y convivencia sin precedentes.
La generosidad de un continente que ha abierto sus puertas a cientos de miles de refugiados del Medio Oriente y otras zonas de conflicto se ve eclipsada por un grave episodio que ha sido interpretado como un enfrentamiento entre dos civilizaciones. Este incidente flagra la devastadora relación del islam con las mujeres y revela un abismo cultural insalvable entre una Europa cada vez más vulnerable en la defensa de sus valores y algunos países árabes. Los datos son contundentes: según una encuesta del centro de investigación Pew en 2013, más del 90 por ciento de marroquíes y tunecinos creen que la esposa debe obedecer siempre al marido.
La Unión Europea es un monstruo, una entidad muerta. No es capaz ni de parar la inmigración
Para entender el verdadero significado de la mujer en el mundo de Alá y la razón detrás de su victimización sexual, el escritor argelino Kamel Daoud ofrece una explicación contundente: "La mujer es negada, velada, encerrada, poseída. El cuerpo de la mujer pertenece a todos, menos a ella misma, y no se considera un espacio de libertad".
¿Es posible entonces que un inmigrante, criado en una cultura o religión diferente a la nuestra, como el islam, pueda integrarse negando los principios arraigados en su educación y sensibilidad? El islam es incompatible con nuestra cultura. Sus regímenes son teocracias basadas en la voluntad de Alá, mientras que en Occidente se basan en la democracia y la soberanía popular.
Sentido común
¿Qué significa realmente la integración?
Angela Merkel lo dejó claro en su momento:
"Queremos que los inmigrantes absorban los fundamentos culturales de nuestra
convivencia"; es decir, el sistema de valores, reglas y comportamientos que nos rigen. Este enfoque contradice la idea del multiculturalismo que se ha promovido en Occidente bajo la máscara de lo políticamente correcto. El multiculturalismo es una ilusión.
En nuestra sociedad, existen normas y principios generales que deben ser aceptados. El inmigrante puede comportarse como desee en su hogar, pero debe acatar las reglas del Estado que le ha acogido.
En este sentido, destaca el caso del imán de Colonia, Sami Abu-Yusuf, quien en una entrevista atribuyó la responsabilidad de las agresiones sexuales de Nochevieja a las mujeres que vestían de manera provocativa. A pesar de décadas en Alemania, el imán no ha mostrado ningún interés en adoptar la cultura de acogida, revelándose como un invasor arrogante. ¿Es posible entablar un diálogo con alguien que ve la feminidad como un demonio? El profesor Sartori lo tiene claro: "A aquellos que no estén dispuestos a aceptar nuestras normas, se les debe poner en la frontera para que regresen a casa".
La izquierda ha perdido su ideología. Utilizan la palabra multiculturalismo como una nueva ideología, porque la vieja ha muerto. Pero no tienen ni idea. No saben lo que es el islam. Son unos ignorantes. A mí no me importa la derecha o la izquierda, sino el sentido común
La integración de musulmanes en sociedades no islámicas no se ha logrado porque, asegura, el islam no tiene capacidad de evolución. Por ejemplo, a la India, «donde hay más de 14 millones de musulmanes, muy pobres y maltratados ; después de mil años, resisten sin integrase, enemigos eternos de los hindúes». Y ya más cerca, el profesor Sartori recuerda lo que ocurre en los países europeos: «Los musulmanes de tercera generación no solo no se han integrado, sino que son los más rebeldes. Odian a Occidente porque no tienen trabajo y muchos se sienten atraídos por el islam fanático».
En peligro
La actual inmigración no sigue un flujo ordenado; además de los motivos económicos, es el resultado de conflictos bélicos. La suspensión de los acuerdos de Schengen en países antes favorables a la inmigración, como Dinamarca o Suecia, lo evidencia.
No podemos seguir una política de puertas abiertas, como algunos ingenuamente proponen, ni la izquierda ni la derecha. Hablar de solidaridad está bien, ya que los inmigrantes pueden ser un activo para nuestra economía, pero los flujos migratorios deben ser regulados. Quienes ingresen a Europa u otros países occidentales deben tener documentos y una identidad verificable.
Los valores de Occidente están en peligro debido a la falta de respuesta adecuada al fundamentalismo islámico. Estamos en una guerra sin precedentes, caracterizada por el terrorismo, la globalización, la tecnología y la religión.
Los recientes actos de terrorismo en Irán lo confirman: en tiempos de guerra, debemos emplear todas las armas disponibles.
Occidente es la víctima, enfrentándose a un terrorismo de una brutalidad sin precedentes en nuestra historia. Cuando un kamikaze, impulsado por la fe, se hace explotar entre civiles, el conflicto alcanza su punto máximo.
No se puede practicar una política de puertas abiertas, como cree alguna izquierda y una derecha friendly.
Aparte del componente militar, que es importante, pero secundario, es una guerra que se gana o se pierde en casa.
Se vence si sabemos reaccionar ante la pérdida intelectual y moral en que hemos caído. Y se pierde si dudamos o nos olvidamos de nuestros valores que dan fundamento a nuestra civilización ético-política. ¿Y cómo acabará? Mi respuesta no es muy reconfortante. Veremos.
Este es un mundo que se está suicidando.
Especialmente crítico a la Unión Europea, y a su política ISLAM FRIENDLY: Es un monstruo. La Europa de los 27 es una entidad muerta, no existe. No es capaz ni de parar la inmigración. Europa necesita un presidente experto en economía.
El «tranquilismo»
Yo soy realista y tengo un lema muy claro: el pesimismo es peligroso si nos lleva o induce a la rendición; el mal lo hace el optimismo o el “tranquilismo” que conducen a no hacer nada.
Los países europeos y occidentales son hoy incapaces de integrarse completamente en la economía mundial y globalizada.
¿La receta de la convivencia? El respeto, cosa que un musulmán no aplica cuando es mayoría.
Lo viste en Reino Unido con las elecciones municipales solo nos refleja el grave peligro que tenemos en frente y que lamentablemente parece que debemos luchar solos, porque los políticos nos han abandonado.



Es una realidad , completamente de acuerdo con el tema👏👏👏
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. En lo .relativo a necesitar economistas cultos el asunto seria, que estudiantes eestarian dispuestos a extracapacitarse para un reto como ese
ResponderEliminarMuy de acuerdo con muchos aspectos que resaltas en tu artículo.
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